Ruta Río Clamores y Valle del Eresma by guail
INFORMACIÓN SOBRE LA RUTA DEL CALAMORES
Entremos en el valle del arroyo Clamores. Riachuelo que, convertido en cloaca de la ciudad, hubo que enterrar por su olor y la posibilidad de trasmisión de enfermedades.
Por ello, como indica José Antonio Abella:
caminamos a tres metros de altura sobre el cauce del río, justo por encima del colector que nos priva de su vista, pero también de sus efluvios. Lo que el valle ha perdido, todos lo hemos ganado.
La entrada, desde la alameda de la Fuencisla, se realiza por una pasarela que, para Abella:
[…] parece sacada de un cuadro japonés.
La entrada, desde la alameda de la Fuencisla, se realiza por una pasarela que, para Abella:
[…] parece sacada de un cuadro japonés.
Un valle y un paisaje que a pocos dejará indiferentes. Como no puede ser de otra manera dejamos constancia de la visión de nuestro particular ‘Balcón’:
Pocos paseos tan cercanos al corazón de una ciudad son capaces de producir tal sensación de lejanía de los urbano; es como si una selva hubiera conquistado el calle, como si la ciudad se hubiera diluido entre el follaje de sus arboledas.
Pocos paseos tan cercanos al corazón de una ciudad son capaces de producir tal sensación de lejanía de los urbano; es como si una selva hubiera conquistado el calle, como si la ciudad se hubiera diluido entre el follaje de sus arboledas.
Caminemos en silencio durante unos minutos, atentos a las conversaciones de las hojas y los pájaros… Hay horas del día, especialmente en las primeras de la mañana, que el aire se transforma en sinfonía de trinos y gorjeos. Mirlos, jilgueros, verderones… No será difícil que un petirrojo salga a nuestro encuentro, incluso que descubramos a un tímido erizo que se esconde en la hojarasca o una culebra de escalera al acecho de un topillo.
A la altura del roto "Puente del Piojo", por el que antaño se accedía hasta el alcázar, podemos continuar la ruta principal subiendo a la Cuesta de los Hoyos para elevarnos posteriormente por encima del valle hacia el cementerio Hebreo.Si repasamos el plano de nuestra guía encontraremos varias opciones al poco de reanudar nuestra visita al puente objeto de atención de distintos viajeros. Visitantes que dejaron constancia de él en pinturas y grabados.
Miradas de artistas a veces fantaseada por su romántica visión.
Otra elección sería seguir valle arriba donde volveremos a topar con la ruta principal .
Otra elección sería seguir valle arriba donde volveremos a topar con la ruta principal .
Repasemos el plano-fotográfico adjunto. En él podemos apreciar las opciones que tenemos.
El recorrido principal se introduce en el valle del Clamores para abandonar la vega y ascender, al ipoco de partir, hacia las terrazas altas del valle.
Aunque siempre se puede optar por continuar serpenteando por el valle.
Del msmo modo, una vez salvada la pasarela sobre el río Eresma que nos introduce en el valle, a nuestra derecha, parte un pequeña subida -150 metros- que nos deja en el la Cuesta de los Hoyos.
Carretera que es Itinerario alternativo. Su acera nos permite continuar, paralelos al fondo del valle, hasta el Hospital de Sancti Spiritus, accediendo a la ciudad urbanizada. Eso sí con el tráfico rodado como perpetuo acompañante.
Tanto la alternativa 1 y la 2 ofrecen un itinerario complementario-. Se trata de una senda que conduce al Último Pino, trocha que no debemos pasar por alto.
Unos metros por encima de esta senda transita el Camino Natural del Eresma
Los Hoyos del Pinarillo.
El nombre de ‘Hoyos’ proviene de las cuevas que hay en el lugar, donde los judíos emplazaron su cementerio ya que algunas tumbas estaban al descubierto.
El nombre de ‘Hoyos’ proviene de las cuevas que hay en el lugar, donde los judíos emplazaron su cementerio ya que algunas tumbas estaban al descubierto.
Posteriormente, familias de indigentes, mendigos y pordioseros han sido sus moradores hasta bien entrado el XX. Siglo en el que algunas de las más espaciosas fueron igualmente utilizadas para cultivo de champiñón.Oquedades que, según crónicas, han tenido ‘inquilinos’ en distintas fechas. Con alto grado de seguridad se puede afirmar que es el lugar al que acudieron los judíos tras el decreto de expulsión de 1492, como indica el cronista Colmenares.
Suponemos que al abrir la carretera quedaron a la vista más ‘hoyos’ y los estudiosos entraron en acción.
En 1886 Joaquín María de Castellarnau firma una interesante monografía sobre el fonsario judío publicada en el Boletín de la Real Academia de la Historia a la que nos referiremos en anotación aparte.
El itinerario principal sube por las escaleras anejas a las ruinas del puente del Piojo. Una vez en la carretera de la Cuesta de los Hoyos un hito, a nuestra izquierda nos invita a seguir ascendiendo hacia el pinar.
Pero, a la derecha, otro hito nos informa de un recorrido complementario
Pina y escarpada subida que, al final, tiene recompensa
Unas escaleras conducen a una senda acondicionada con rústicos peldaños que nos permiten acceder fácilmente a los altos del Pinarillo.Tras visitar el Último Pino, descendemos a la Cuesta de los Hoyos para seguir el itinerario principal ascendiendo por la ladera contraria.
Alcanzada la cumbre de la ladera, prosigue nuestro camino entre la linde del Pinarillo y los campos de cultivo que sostienen a nuestra derecha, las cumbres de la sierra: Peñalara, Siete Picos, la Mujer Muerta, el puerto del Pasapán y la Sierra de Quintanar, el Caloco, el Caloco Mediano, el Caloquillo… Segovia, al otro lado, recostada al amor de la solana, se esconde a nuestra mirada entre los pinos…
